Recientemente tuve la suerte de ser invitado por el secretario de Salud actual del occidental estado de Colima (doctor Agustín Lara), uno de los más pequeños de la Unión, para participar en eventos derivados de la Semana de Salud del Adolescente. Acorde con mi especialidad, me programaron reuniones tanto con el personal sanitario estatal como con grupos diversos de adolescentes, con el objetivo de hablar acerca de salud sexual y reproductiva, política que por cierto es fundamental restablecer, dado el abandono propiciado por las dos últimas administraciones federales panistas a quienes provocaba incomodidad el tema. Las secuelas del abandono descrito son graves: hubo un incremento del embarazo adolescente y las proyecciones demográficas no son halagadoras, como ya lo traté en este espacio el 13 de mayo de 2012.
Afortunadamente las autoridades estatales de aquel estado se mostraron por completo a favor del abordaje del tema con las y los adolescentes, estando presentes las máximas autoridades del mismo, el gobernador, licenciado Mario Anguiano, pronunció un significativo discurso inaugural, respaldado por su gabinete y la presidenta del sistema DIF, licenciada Alma Delia Arreola, quien también se manifestó por completo a favor de los objetivos mencionados. No es menor que dichas autoridades expresen el deseo de favorecer estas políticas en virtud del ambiente ideológico del país y las resistencias, sin fundamento alguno, que esgrimen grupos ultraconservadores. Ya está bien demostrado en el mundo que tratar estos temas de sexualidad desde un ángulo profesional y responsable, redunda en disminución de enfermedades de transmisión sexual, así como en decremento de las cifras de adolescentes embarazadas, y, por el contrario a lo que argumentan dichos grupos, abordar abiertamente estos tópicos con las y los menores no constituye una “invitación” al inicio temprano de las relaciones sexuales, sino, por el contrario, abona al diferimiento de las mismas, y a la utilización de métodos de barrera y anticonceptivos de forma regular por este importante grupo. Los nobles objetivos sanitarios implícitos parecen ser ahora tema importante para el gobierno federal también, porque no es Colima el único estado de la república que se está decidiendo a retomar los objetivos; hay otros que lo están haciendo público y partir del asunto educativo es un enfoque acertado, por lo que seguramente veremos resultados muy tangibles a corto plazo. Nuestro vecino al norte del Bravo vivió hace muchos años una “epidemia” de embarazo adolescente que lograron abatir en un plazo corto con campañas educativas justo en los niveles escolares previos al inicio de la vida sexual, es decir, dichas campañas alcanzaron a niños y niñas de educación primaria y secundaria, exactamente como los que tuve de público en Colima, con la enorme ventaja de que constituyen un grupo muy sensible y que fácilmente se identifica con los objetivos sanitarios; sólo hace falta lo que estamos viendo: voluntad política.
Ojalá se sigan multiplicando campañas tan atinadas, congruentes y que constituyen herramientas efectivas en el combate a la pobreza; una adolescente que se convierte en madre solamente provoca la reproducción de la miseria.