El 21 de julio de 2013, la revista Nature Biotechnology publica un trabajo firmado por Robin Ali, investigador que trabaja en un instituto londinense de oftalmología, que estoy seguro hará historia. Los autores ponen en evidencia, usando ratones como modelo experimental, la capacidad que poseen las células madre embrionarias (también de ratón) para regenerar la retina de ratones ciegos. Se describen en la revista los pormenores del trabajo científico con sus resultados en términos de la recuperación visual de los animales experimentales. Se obtuvieron células madre por transferencia nuclear del ratón enfermo, se propició su crecimiento en un medio adecuado y se implantaron en la retina enferma por un trastorno genético. Existen en las personas varios trastornos que pueden afectar las células sensibles a la luz, llamadas fotorreceptores, como la degeneración macular de la edad, la retinitis pigmentosa, o la ceguera asociada a la diabetes, que en teoría podrían ser susceptibles de ser tratadas con esta técnica. Además estas células demostraron la capacidad de reconectarse con las células del sistema nervioso central. No existe hoy día algún tratamiento semejante para las enfermedades citadas, por lo que esto significa la oportunidad de recuperar la vista para muchas personas. Tendrán que pasar algunos años de trabajo experimental en animales para poner en evidencia posibles complicaciones y riesgos del tratamiento, para, una vez evaluados contra el enorme beneficio, pueda arrancar algún primer protocolo de aplicación en seres humanos. Cuando no existe una terapia alternativa se simplifica el trabajo científico en personas, la condición de carecer de visión por completo no podría empeorar, solamente no mejorar, en cuyo caso los investigadores publicarán el fracaso del método, pero siendo optimistas, el incremento en la visión, aunque resultara discreto, cambiaría la vida y las expectativas de mucha gente.
Con fines sólo de recordar el origen de estas células madre (las embrionarias), debo mencionar que son las que resultan de la implantación de un núcleo celular del enfermo, con toda su información genética, en un óvulo donado y al que se le extirpó su propio material genético. Cuando esto se lleva a cabo en el laboratorio se genera un cigoto y un embrión conformado por estas células madre, que son susceptibles de separase para posteriormente implantarse en el tejido que se pretende regenerar, ahora citamos a la retina. Es un posible uso, que se aprecia cercano, de la clonación terapéutica, la nobleza de los objetivos y el impacto que puede tener en la vida de mucha gente provoca que se deba considerar muy seriamente invertir en esta rama de la investigación científica. Ojalá nuestro gobierno lo considere con seriedad y actúe en consecuencia.